El mes de octubre ya casi llega a su fin y, con él, la noche más espeluznante —¡y divertida!— del año: Halloween. Ya hace algunos años que esta tradición anglosajona se ha instalado en nuestro país y no hay duda de que es una de las fiestas que los niños disfrutan más; sin embargo, este año la celebración será algo atípica debido a la situación sanitaria en la que nos encontramos, por lo que tocará echarle un poco de imaginación…
Una noche de Halloween diferente
Este 2020, Halloween tendrá que pasar sin las tradicionales fiestas de disfraces, ¡pero eso no impide que podamos pasar una auténtica noche de miedo en casa y en familia! Solo es cuestión de echarle ganas y tirar de inventiva: un poco de decoración, un rato de juegos ‘terroríficos’ y, cómo no, ¡el disfraz!
Disfrazarse es, sin duda, lo que más gusta a los niños de esta particular noche del año, así que este año te traemos algunas ideas para un disfraz de Halloween fácil, económico ¡y sin salir de casa! Con las cosas básicas que tienes en tu hogar, seguro que podréis crear algo increíble sin necesidad de gastar, reciclando y, además, pasando un rato entretenido. Implica a tus hijos en el proceso de crear el disfraz ¡y lo convertirás en una divertida actividad en familia!
Ideas para un disfraz de Halloween en casa
Ropa: el mejor recurso
Empieza por rebuscar en los cajones y armarios, y rescata la ropa vieja o en desuso para transformarla en un disfraz. ¡Incluso puede que te baste simplemente con decorar una prenda básica! Por ejemplo, una sudadera naranja puede convertirse fácilmente en una calabaza añadiendo elementos en cartulina negra; una camiseta negra puede ser el lienzo perfecto sobre el que pintar un esqueleto en blanco; o ese jersey de rayas blanco y negro puede transformarse rápidamente… ¡en Bitelchus!
Un maquillaje de miedo
Otra opción es recurrir a disfraces sencillos en los que el protagonista absoluto sea el maquillaje; por ejemplo, una carabela en blanco y negro, la colorida ‘muerte mexicana’ o una terrorífica bruja verde. Opciones hay miles; pero siempre ten presente estos consejos a la hora de hacer el maquillaje de Halloween para tus hijos:
– Opta por productos de calidad que no dañen la piel de nuestros pequeños. Mejor si son con base acuosa, para poder retirarlos fácilmente después.
– Antes de empezar, aplica una capa de crema hidratante para evitar irritaciones.
– No olvides retirarlo antes de que se vayan a dormir. Lo mejor para esto es optar por una leche limpiadora o una solución micelar.
¡A crear caretas!
Una alternativa al maquillaje es hacer que los niños creen sus propias caretas… Así, además, conseguirás que se entretengan con una manualidad, y podrás darle un toque original al disfraz.
– Cartulina: solo hay que pintar sobre una cartulina, recortar y pegar en un extremo una pajita para poder sujetar la careta con la mano.
– Fieltro: este material es de gran utilidad para crear divertidos antifaces de Halloween. Solo hay que recortar, pegar encima los elementos con cola y ponerle una cuerda para poder atarlo.
– Globo: una técnica más elaborada que requerirá de tu supervisión. Sobre un globo hinchado, se van colocando trozos de periódico mojados en cola vinílica hasta cubrir la mitad. Cuando haya secado, se pincha el globo y queda la careta lista para pintar. ¡Ojo! Tus hijos necesitarán aquí que les ayudes para recortar con tijeras o un cúter algunas zonas como los ojos, los extremos o los agujeros para colocar la goma.
Los clásicos ¡nunca fallan!
Una sábana blanca que se convierta en un fantasma, vendas para un disfraz de momia, ropas viejas y un poco de maquillaje para un horripilante zombie… no olvides que hay clásicos de Halloween que son muy sencillos de hacer ¡y que siempre gustan! Al fin y al cabo, lo importante es que los niños se metan en el papel y se diviertan.
Con estas ideas, seguro que pasaréis una noche en familia terroríficamente divertida. ¿Os atrevéis?